jueves, 7 de octubre de 2010

Roberto González Barrera, el banquero improbable.

La siguiente información está basada en el texto de Alberto Bello en el libro Los Amos de México publicado por Ediciones Temas de Hoy.







































Cerralvo fue la primera población del estado de Nuevo León y su primera capital. Está situada en el noreste, a 40 minutos de Nuevo Laredo, en la frontera de Estados Unidos, en un clima semiárido que en verano alcanza temperaturas superiores a los 35 °C. Roberto González Barrera nació allí el primero de septiembre de 1930. Cinco años después, sus padres, también nativos de Cerralvo, emigraron a Estados Unidos para trabajar de braceros en la pizca de algodón del sur de Texas y lo que les saliera al paso, con vueltas ocasionales al comercio de su pueblo.
Roberto se quedó a vivir con sus abuelos paternos, y desde entonces empezaría a trabajar en cualquier cosa para ganar su propio dinero; empezó como bolero, antes de cumplir los 13, trabajaba como vendedor; a los 17, como perforador en las explotaciones de Pemex e Veracruz; a los 25 años, alumbró las calles de su pueblo trabajando para la empresa familiar, y en las postrimerías del sexenio de Díaz Ordaz era dueño y señor del mayor fabricante de la cada vez más demandada harina de maíz, que producía con tecnología propia. Tenía 40 años para entonces y ya podía considerarse un hombre rico, se codeaba con secretarios de estado, gobernadores, caudillos revolucionarios y hasta artistas, pero-y era un gran pero- en esa vida no había habido tiempo para estudiar. Nunca termino primero de secundaria.
En esos años Maseca, fundada por Roberto y su padre, Roberto M. González Gutiérrez en 1948, había revolucionado la manera tradicional de hacer tortillas, el alimento básico de los mexicanos. Su harina de maíz ahorraba a los hogares el arduo proceso cotidiano de cocción del grano, nixtamalización, amasado y preparación del único ingrediente insustituible del taco. La “maseca” rendía mas tortillas por kilo, duraba varios meses sin estropearse y permitía hacer tortillas en minutos. Superados los problemas técnicos y de mercado iniciales, apoyado en sus relaciones al más alto nivel con el gobierno, que repartía entonces generosos subsidios, y la competencia tibia e ineficiente de la entonces estatal Minsa, los Robertos habían armado un imperio empresarial.

Maseca era un objetivo calor a nacionalizar en los meses previos a la toma de poder de Luis Echeverría Álvarez, que quería proteger el “alimento del pueblo”, el maíz, como bien de interés nacional. La oferta era de 400 millones de pesos, Roberto pensó que con ese dinero y la venta de sus otros negocios podría irse a Suiza y estudiar, algo que había pospuesto por su incesante ritmo de trabajo. Sin embargo, el entonces saliente secretario de hacienda, Ortiz Mena con quien tenía una muy buena relación y su amigo o “hermano del alma” como él solía decirle, Carlos Hank González, le convencieron de no efectuar la venta de su empresa al gobierno federal. A cambio le fueron ofrecidos 100 millones de dólares en crédito para impulsar la expansión de su empresa.

Finalmente, Roberto González desistió de su idea de dejar su negocio por los estudios y continúo con su vocación empresarial; tomó los 100 millones de dólares y, tres décadas y media después, Gruma –nombre del corporativo en México que fabrica Maseca- tiene un valor de mercado de 1 700 millones de dólares. En 2006 la mitad de sus ventas de 30 645 millones de pesos y más de 70 por ciento de sus utilidades procedieron de Estados Unidos y los mercados internacionales. En México, Maseca tiene una presencia marginal en la venta de tortillas, pero sus marcas globales fabrican y comercializan una de cada cuatro de las que se consumen en Centroamérica, Europa, Asia y Oceanía, donde también venden botanas o productos derivados del trigo. Gruma distribuye 90 por ciento de la harina de maíz que se utiliza n la industria de Estados unidos y 35 por ciento de la utilizada en México por los hogares, la industria tortillera y de botanas. La fortuna de González asciende a más de 2 mil millones de dólares.
Sus críticos afirman que debe su riqueza a sus relacione con el poder en el México de la corrupción tolerada de los años sesenta, setenta y ochenta, en una industria que fue fuertemente subsidiada. Él replica que su principal competidor sigue siendo la industria tradicional, mayoritaria en México, y que Maseca nunca creció tanto como con la liberalización del mercado de maíz y la eliminación de los subsidios, definitiva desde 1999. Había hecho las inversiones en tecnología que le permitieron sacar mayor rentabilidad de sus negocios y, arriesgo en el mercado hispano de Estados Unidos cuando nadie creía en que los inmigrantes se convertirían en una fuente de crecimiento para las compañías mexicanas.
González es también el último mexicano propietario de un gran banco. La familia Barrera es de 1992 el accionista principal del grupo financiero Banorte, cuarto banco del país, con un valor de 10 mil millones de dólares, el único de los grandes que permanece en manos locales después de la crisis de 1995. Don Roberto (como se le llama en su entorno), jamás volvió a plantearse el plan de estudios que concibió en su crisis de los 40, cuando estuvo a punto de vender Maseca. Ni siquiera aceptó vender el banco al español Santander en 2002 con una muy buena oferta. Es un activísimo presidente del consejo de Gruma y Banorte, sigue presente a sus 77 años en cada decisión relevante, negociaciones, compras, supervisión de oficinas, relaciones con el gobierno, contrataciones o estrategia. Su equipo y su familia se quejan de que es difícil seguirle el ritmo.

González es un hombre de soles y sombras. Construyó una industria global a partir de un pequeño molino. Al principio para sobrevivir, después para crecer, jugó como pocos las reglas del juego que le tocaron: las del sistema que gobernó México durante 71 años. Así como recibió y repartió favores, fue un hombre trabajador infatigable y un empresario de visión que invirtió las rentas de una industria protegida en crecer. Aún sorprende a sus subalternos con sus ideas. Y, a pesar de que el sistema bajo el que creció se esfumó con la firma del TLCAN y la caída del PRI, él supo mantener sus empresas en primera línea, se trata de un hombre implacable que hoy solo se plantea a quién legar su obra.

Valor $:

1700 millones de dólares.

Vínculos Políticos:

Priista

Jorge Chapa, presidente del Consejo coordinador empresarial durante el gobierno de Miguel de la Madrid, le compraba bultos de harina.

Raul Salinas Lozano, padre del ex presidente y director de inversiones de Adolfo Ruiz Cortinesy pronto secretario de López Mateos fue su mentor político.

Fue testigo de boda de Raúl Salinas de Gortari.  

Carlos Hank González, "su amigo del alma", le ofreció 100 millones de dólares para expandir su empresa.


Emilio Azcárraga Jean, las trampas del rating.

La siguiente información está basada en el texto de Jenaro Villamil en el libro Los Amos de México publicado por Ediciones Temas de Hoy.


































A los 29 años de edad, Emilio Azcárraga Jean tuvo que dejar a un lado su pasión por los deportes acuáticos para concentrarse en el rescate del consorcio más importante de medios de comunicación en habla hispana. En marzo de 1997, el tercero en la dinastía de los Azcárraga, varón único del tercer matrimonio de Emilio, “El Tigre”, Azcárraga Milmo, heredó de su padre un enorme desafío más que el goce de una fortuna valuada en 5,400 millones de dólares por la revista Fortune.

La situación no era nada fácil para Azcárraga Jean. Televisa tenía una deuda que entonces parecía impagable: 1,480 millones de dólares, derivada en su mayoría de la compra de la participación accionaria de Rómulo O’ Farrill, de la deuda Alameda cuyos intereses crecieron en forma exponencial, de la deuda de 320 millones de dólares con su tía Laura Azcárraga y de 200 millones de dólares con los bancos, más una serie interminable de intrigas y ambiciones de parientes y ex socios de su padre; las ventas netas de televisión habían disminuido drásticamente: 17.9 por ciento entre 1994 y 1995, como resultado del “error de diciembre”; los gastos de capital también se redujeron drásticamente, de 2,168.8 millones de pesos en 1994 a 955.8 millones en 1995. Televisa terminó el año de 1996 con pérdidas netas por 598.5 millones de pesos, según el informe del consorcio ante la Securities and Exchange Commission (SEC), el organismo de Estados Unidos que regula la actividad del mercado de valores.

A la muerte de su padre, Emilio Azcárraga Jean, no tenía ni la edad, ni la experiencia ni el control accionario suficientes para revertir la situación. Poseía apenas el 10 por ciento de las acciones de la empresa, un porcentaje menor al que tenía la familia de Miguel Alemán Velasco, con 11 por ciento del total, los Burillo Azcárraga con el 16 por ciento, y los Cañedo White con el 10 por ciento.
Miguel Alemán Velasco, el segundo accionista más importante y amigo desde años atrás de “El Tigre” jugó un papel clave en este proceso de transición en el mando de la empresa.
El 3 de marzo de 1997 el “trigre” anunció que su hijo Emilio Azcárraga Jean sería el nuevo presidente de la compañía, pero compartiría el poder con el joven Guillermo Cañedo White, hijo de su otro amigo y compañero de la aventura en la construcción del Estadio Azteca, quien fungiría como presidente del Consejo de Administración.
Por supuesto, la transición no fue tan tersa. Las amenazas e intrigas de sus propios familiares para desplazarlo del control de Televisa fueron constantes. Tras la muerte de su padre, Azcárraga Jean enfrentó varias disputas. Primero, con su primo Fernando Diez Barroso, hijo de Laura Azcárraga, que estaba decidido a cobrar los 320 millones de dólares de deuda, al tiempo que su otro primo, Alejandro Burillo Azcárraga mantenía una guerra nada soterrada con los hermanos Guillermo y José Antonio Cañedo White para desplazarlos y tomar el control de la empresa. Coyunturalmente, Azcárraga Jean y Burillo Azcárraga se aliaron para desplazar a los Cañedo y a Diez Barroso.

Para enfrentar a sus familiares, Azcárraga Jean no sólo demostró astucia sino también buscó, de entrada, diferenciarse de su padre y de las herencias incómodas, pues “las lealtades de mi padre no son mis lealtades” afirmaba.
La situación no se presentaba nada fácil para Azcárraga, al contrario, era momento de pensar, de tomar el control de la situación. Inició por trazar un plan y proyectarse una visión de a dónde quería llegar, que es lo que pretendía lograr. Este plan consistió en: resolver las deudas con sus familiares, incrementar su control accionario de 10 a 51 por ciento en un período de tres años, recortar gastos y renegociar la enorme deuda.

Lo primero que necesitaba, era lograr un soporte financiero que le permitiera salir del déficit en que se encontraba la empresa, así que se asoció con Carlos Slim y María Aramburuzabala. Redujo el número de empleados, despidió a 6 mil 20 trabajadores y desapareció 46 vicepresidencias, vendió casas, yates y cerró corresponsalías. Además, se comprometió a recuperar credibilidad y el rating de la empresa.
Para llevar a cabo esto, era necesario establecer en la empresa una estructura conformada por gente de su total confianza,  que lo apoyara con el control de la empresa, y por ende a generar resultados. Armó un grupo de gente capaz, al cual designó las áreas más delicadas y medulares de la empresa, un equipo conocido como: Los Cuatro Fantásticos de la “nueva Televisa”.

La restructuración financiera la dejó a cargo de Alfonso de Angoitia, consistió en la reducción de la nómina, el nivel de gasto, desincorporación de algunas empresas del grupo y enfoque en las principales habilidades del mismo.

Reorganización en el núcleo del negocio por el lado de contenidos, colocando a José Bastón como responsable, con la clara encomienda de recuperar el raiting perdido, en este caso fue necesaria la renovación, principalmente del personal encargado de la producción de contenidos, es decir de los productores.

Bernardo Gómez, fue nombrado para recuperar la credibilidad del grupo que, por inercia, era asociado al gobierno debido a la línea editorial que hasta ese momento habían seguido los noticieros, para lo cual fue necesario remover a las principales caras de las noticias, como fue Jacobo Zabludovsky.

Aunado a esto, estableció un cambio de imagen de la empresa modificando aspectos como una modernización de su logotipo, cambios en su tipografía, y unificación de las diferentes empresas del grupo.

Al lograr todo lo anterior, oriento al consorcio a  ampliar la forma de difusión de sus contenidos, principalmente mediante el crecimiento al sistema de televisión satelital Sky, y posteriormente por la adquisición de empresas de televisión por cable. Realizando asociaciones con empresas de entretenimiento o de espectáculos como OCESA y CIE, fortaleciendo el área editorial de revistas. Aliado con su visión de proveer entretenimiento e información a la vez que se consiguen nuevas fuentes de ingresos incursionó  en áreas como portales de Internet www.esmas.com y recientemente www.tvolución.com, aunados al negocio de apuestas vía la empresa Apuestas Internacionales que es la controladora de Play City.
Azcarraga Jean supo establecer relaciones convenientes con personajes de la política que lo ayudaron a resolver los problemas que se presentaron, pues aún cuando él apostaba que lo único que podía hacer crecer a la empresa era el RATING, a la larga se dio cuenta que eran las relaciones que él pudiera lograr con gente poderosa, lo que lo ayudaría a lograr el éxito de la empresa.

Valor $:

1.600 millones de dólares.
Según la revista Forbes, se encuentra situado el #701 entre los más ricos del mundo.

Vínculos Políticos:

Ernesto Zedillo, ex presidente de México ratificó y avaló su presidencia dentro de la empresa familiar.

Miguel alemán Velasco, hijo del expresidente, fue quien lo amparó durante su transición como presidente de Grupo Televisa.

María Asución Aramburuzabala junto con Carlos Slim lo apoyaron como socios durante la época de crisis en la empresa.

Roberto Hernández, ex dueño de Banamex respaldó a Azcarraga Jean durante una disputa con su primo Fernando Diez Barroso.

Francisco Gil Díaz, Secretario de Hacienda durante el sexenio de Fox le concedió la reducción de varias deudas fiscales.

Alrededor del año 2005 realizó una campaña junto con el Partido acción Nacional en contra del entonces Jefe de Gobierno y próximo candidato presidencial por el PRD, Andrés Manuel López Obrador  haciendo del programa “El privilegio de mandar”.

Datos Importantes:
Grupo Televisa es dueño de los equipos de futbol Club América y San Luis, además de las respectivas filiales en divisiones inferiores de estos clubes.
Propietario del Estadio Azteca, Casa del Club América y de la Selección Nacional de Fútbol.
En el primer trimestre de 2009, televisa tuvo ganancias de US$69 millones.
Grupo Televisa se encuentra listado en la Bolsa Mexicana de valores y en la Bolsa de Nueva York.
Se ubica en el lugar número 37 de la lista de las 500 empresas mexicanas más importantes publicadas por la revista Expansión 2009.
Emilio Azcárraga Jean, es hoy uno de los empresarios más ricos e influyentes de América Latina.


 



Olegario Vázquez Raña

La siguiente información está basada en el texto de Marco Lara Klahr del libro Los Amos de México publicado por Ediciones Temas de Hoy

Olegario, el camionero.

María Raña y Venancio Vázquez, llegarón a Méxicon en busca de una vida digna y alejada de la pobreza que permeaba su natal Avión,sin embargo, en 1934 la adversidad que enfrentaban obligó a María a regresar a España con sus hijos, y no fue hasta 1945 que don Venancio brincó de simple abonero a dueño de Almacenes Vázquez.

El panorama parecía favorecedor para criar seis hijos: Aurelio, Sara, (muertos tempranamente), Apolinar, Mario, Olegario y Abel, aunque la mayoría de las ocasiones la situación económica de la familia Vázquez Raña era difícil.

En 1964 fundan la compañia Hermanos Vázquez, la verdadera escuela de los actuales magnates.

La habilidad para relacionarse es característica de los Vázquez Raña, siempre amigos inseparables del gobernante en turno, aprovecharon todos los medios a su alcanze, para ser paladines de la vieja maquinaria del Priísmo, su gran habilidad financiera los caracteriza por revivir empresas aparentemente en quiebra para convertirlas en verdaderas minas de oro.

Julio Galíndez, fue parte importante del comienzo de don Olegario --como se le conoce al interior de su imperio para distinguirlo de su JR.-- cuando después de apadrinar a María de los Ángeles,regaló a su nuevo compadre nada menos que un Omnibus y la oportunidad de ser socio de la coperativa del mismo nobre de la cual llegaría a ser accionista mayoritario al ser dueño de 500 autobuses de 800 totales, aunque en 1976 vendió todas sus unidades a la misma cooperativa.

Durante 1975 el gobierno echeverrista intervino en la cadena de periódicos perteneciente a José García Valseca argumentando una deuda, los Vázquez Raña fieles paladines de la embestidura presidencial, quedaron a cargo de los "Soles", al parecer motivo sufieciente para deshacerse de una línea de trasportes terrestres.

La primera piedra de Grupo Empresarial Ágeles fue la compra de Hospital Humana en 1986, cuando a manera de "Rico McPato" de un día para otro desembolsó 15 mil millones , para hacerse de dicho hospital, hasta entonces perteneciente a la estadounidense Humana Corporation.

Fue accionista del Grupo Aeroportuario del Pacífico, aprovechando así la privatización aeroportuaria zedillista.En 2000 gana con 252 millones de dólares la subasta del Real Turismo, tenedora accionaria de lo hoteles Camino Real.En 2003 consolida la compra de grupo imagen con lo que el maganate se abre paso en el terreno de las telecomunicaciones y cierra un vínculo de poder, al poseer empreas en el ramo de la medicina, turismo, telecomunicaciones y en apuestas.

"Mucha Gente se pregunta: ¿Por qué Olegario crece tanto?, lo que se gana en los hoteles, va para lo hoteles, lo que se gana en los hospitales va para los hospitales; de ningún negocio saco un centavo para vivir".

Carlos Slim Helú, liderazgo sin competencia.

La siguiente información está basada en el texto de Francesc Relea en el libro Los Amos de México publicado por Ediciones Temas de Hoy.




 



 






Carlos Slim nació el 28 de enero de 1940 en la ciudad de México. Su padre, Julián Slim Haddad, originario de la ciudad libanesa de Jezzine, llegó a México en 1902 en su huida de la represión militar de los turcos otomanos, al igual que otros dos de sus hermanos José y Pedro que habían arribado dos años antes. Junto con su hermano José crearon la firma comercial La Estrella de Oriente y con esto empezó la historia de la dinastía Slim en el mundo de los negocios. Así, años después se casaría con la chihuahuense Linda Helú, con la cual procrearía 6 hijos, de los cuales Carlos es el quinto de ellos y, heredó como ninguno de sus hermanos el olfato para los negocios y ganar dinero.

Desde pequeño tuvo en claro su visión, así con su mentalidad empresarial clara y firme empezó a ahorrar desde temprana edad. De esta manera, en 1955 ya poseía un patrimonio de 5,523.32 pesos y, para agosto de 1957 aumentó a 31,969.23. Siguió invirtiendo este capital hasta lograr un capital mayor a cinco millones de pesos para inicios de 1966.

Estudió en la facultad de Ingeniería de la UNAM, aunque en la escuela fue un estudiante promedio sus compañeros generacionales lo describen como un tipo normal, de bajo perfil, poco dotado para la oratoria pero, poseedor de buenas cualidades matemáticas.  Más tarde estudiaría un Máster en Ingeniería y Finanzas en la Universidad de Stanford (Estados Unidos).
Sin embargo, donde inició su verdadera carrera empresarial fue al término de sus estudios universitarios cuando empezó a trabajar como corredor de bolsa, en esos años compró su primera empresa importante, la embotelladora Jarritos del Sur. Durante años, el joven Slim operó en la Bolsa de Valores con excelentes resultados a través de su Casa de Bolsa Inversora Bursátil. Su sagacidad para sortear las altas y bajas del mercado, y la información privilegiada a la que tenía acceso, cuando las leyes mexicanas eran más blandas que en la actualidad, le permitieron ganar las primeras sumas importantes de dinero.


Se convirtió en especialista en comprar a bajo precio empresas quebradas o en el límite, para reflotarlas y venderlas con una buena plusvalía, con esto empezó a crecer su fortuna y la compra de una gran cantidad de empresas. Pero, sería hasta la década de los 90’s el momento en el cual entraría a la grandes ligas de los empresarios más importantes de México cuando el gobierno propuso la privatización de la paraestatal Teléfonos de México, ayudado por el entonces presidente de México Carlos Salinas de Gortari, Slim se hizo de participación en Telmex. Obtuvo un préstamo del gobierno federal para concretar la compra de acciones de la empresa y, también le otorgó a los inversionistas el control completo del mercado interno hasta 1996, es decir, Slim disfrutó de una posición monopólica  por un periodo de seis años, además de que se redujeron los impuestos a la empresa y se le permitió la elevación de las tarifas; esto último es el talón de Aquiles de la política empresarial del hombre más rico de México.


La competencia según Slim (el caso Telmex)


A Carlos Slim no le gusta ser tildado de monopolista. Detesta la palabra. Niega incluso la existencia de monopolios en México. Prefiere hablar de “cárteles” y de “posición dominante en el mercado”. Una opinión diferente a la del Banco Mundial, que en varios documentos ha criticado el papel de los monopolios en México, como freno a la competencia, al desarrollo. También, los economistas coinciden en señalar que el poder que tienen los actores dominantes la hora de fijar los precios ha incrementado el coste hacer negocios en México, cuya economía es menos competitiva en los mercados internacionales.

Un informe del Banco Mundial aborda el tema más espinoso y controversial del sector de las telecomunicaciones: las tarifas. “Los costos son altos si se les compara con otros países”, afirma el documento. “Telmex  domina el mercado  de larga distancia y el mercado celular y de telefonía local. Sus márgenes de utilidad netos son más del doble que los de su rival más cercano. Asimismo, las tarifas telefónicas son altas si se les compara con América Latina, en especial los precios locales para la telefonía comercial. Las tarifas comerciales de telefonía son tres veces mayores en México que en Argentina y cuatro veces mayores que en Brasil.”

Por su parte, los portavoces del imperio Slim y él mismo se defienden bajo los siguientes argumentos: a partir de 1997 se permitió la entrada de competidores al segmento de telefonía larga distancia y para inicios de ese año empezaron sus operaciones ATT y MCI en México. En el caso de la telefonía local no se presentan competidores principalmente debido a que las condiciones tecnológicas no lo permitían y por lo complicado de construir una nueva red nacional de telecomunicaciones. También argumentan el monto y la cantidad de inversiones de la empresa por extender los servicios a zonas o sectores donde nadie quiere invertir debido al bajo nivel socioeconómico del segmento que atienden, en palabras de ellos se resume lo siguiente: “tenemos el 92 por ciento del mercado de telefonía local, pero porque tenemos el 100 por ciento del mercado del 80 por ciento de las líneas donde nadie quiere invertir. En cambio, tenemos el 48 por ciento de las zonas A (grandes ingresos, grandes clientes).

El debate de este asunto es mucho más prolongado debido al marco jurídico en el que circunscribe, la Comisión Federal de Competencia ha demandado en diversas ocasiones a la empresa por sus prácticas comerciales, sin embargo no ha prosperado ninguna. La situación bajo este contexto donde las autoridades actúan bajo un sistema de leyes blando hará que esta situación prevalezca a merced del poderío económico que Carlos Slim ha forjado, éste ha llegado tan lejos con su vasta variedad de empresas, que si llegará a desaparecer de la escena mexicana sería un cataclismo no sólo para los cientos de miles de ciudadanos que consumen al ritmo que marca el magnate, sino también para la economía del país. Paradójicamente, el liderazgo indiscutible como el hombre más rico deja a México huérfano de competidores en sectores estratégicos. Un mal escenario para el crecimiento y el desarrollo de nuestro país.

Valor $:

53.5 billones de dólares.

La revista Forbes, que cada año publica la lista de los más ricos del mundo, situaba en 2004 al empresario mexicano en el puesto 17. Tres años después, la cotización de sus activos en la Bolsa, le ha permitido dar un salto espectacular que le ha colocado en el segundo lugar del ranking de multimillonarios.

Vínculos Políticos:

Pedro Slim, tío de Carlos, fue compadre del líder rebelde y caudillo del Sur, Emiliano Zapata.

Gran parte de la riqueza de Carlos Slim se genero gracias al expresidente carlos salinas de Gortari, quién el 9 de diciembre de 1990 le concedió la licitación de la paraestatal Teléfonos de México (Telmex) por un monto aproximado de  8 mil 500 millones de dólares y por el cual  Slim e inversionistas pagaron aproximadamente 1.700 millones de dólares debido a que únicamente compraron el 20 por ciento.
                                         
Estuvo vinculado temporalmenete con el excandidato presidencial y hoy autonombrado “presidente legitimo”Andrés Mauel López Obrador López Obrador a quien le prometió que si llegaba a la presidencia  remodelaría el Palacio Nacional, sin embargo el intento fue fallido y se distanciaron como consecuencia de la crítica que abiertamente hizo Slim a los movimientos post-elecciones de AMLO.

Vínculos empresariales:

Presidente honorario de todos los negocios del grupo Carso.
Exsocio de grupo Televisa.

Denise Dresser se refirió a él  como:

"El que todo lo mueve, todo lo controla, todo lo compra. El que está por encima de la autoridad del gobierno y  la vigilancia de los medios... El que no necesita mover los hilos de la política porque controla las arterías de la economía. El quinto poder. El verdadero innombrable".









La filosofía empresarial de Carlos Slim








Los Ramírez ¨Una vida de película¨

La historia de la familia Ramírez es casi como de película. El matrimonio Ramírez compuesto por Enrique Ramírez Miguel y María Villalón Verduzco procreó cuatro hijos: Enrique, Marco Antonio, Eduardo Florentino y Jaime. 

El nacimiento de su emporio comenzó en la ciudad de Morelia en los primeros años de la década de los 70. Al señor Ramírez Miguel se le consideraba pionero de la industria cinematográfica, que hasta pocos años de su muerte, era controlada por el gobierno. El 28 de septiembre de 1971 fue fundada Organizaciones Ramírez con la inauguración de Cinema Morelia.

Al morir Enrique Ramírez Miguel Organizaciones Ramírez era líder en el ramo, con 435 salas en México, las empresas del corporativo incluían a Cinemas, Gemelos, Multicinemas, Cinepolis y Multivideos. También se encontraba la organización en la división inmobiliaria con INGRA operando centros comerciales, estacionamientos, locales independientes, terrenos, hoteles, agencias de automóviles, fraccionamientos y un centro de espectáculos.

Sin embargo, Ramírez Miguel no murió de viejito o por enfermedad. El señor Ramírez fue encontrado en su habitación, con más de dos balazos en diferentes partes del cuerpo, por su esposa María Villalón. De acuerdo a las investigaciones, la última persona que convivió con el difunto fue su hijo Eduardo Florentino. Después de peritajes y declaraciones de todas las personas involucradas se acusó formalmente a la esposa y a uno de sus hijos de posibles responsables de la muerte de Ramírez Miguel.

Este hecho fue muy sonado en todo el país a través de los medios de comunicación, afectando la imagen de la Organización Ramírez, que por si fuera poco, tenía que soportar los despuntes, en el negocio cinematográfico, de sus competidores Cinemark y Cinemex, la primera una empresa de capital 100% extranjero y la segunda  de capital mexicano y extranjero.

La película del asesinato extraño terminó por quedarse inconclusa, siendo el tiempo la mejor arma de los acusados formales, María Villalón y Eduardo Florentino Ramírez lograron que los cargos fueran retirados y que el caso se cerrara, además, pusieron una demanda en la Comisión Nacional de Derechos Humanos, señalando un peritaje mal hecho y una presión violenta de la policía hacia los testigos.

La imagen de la familia Ramírez fue muy afectada, así que se dedicaron a limpiarla  haciendo obras públicas en beneficio a la educación en Michoacán.

La producción de cine mexicano se ha visto afectada por todas estas situaciones. El primer golpe contundente fue cuanto entró en vigor el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, ya que la cinematografía fue catalogada como industria y no como producto cultural. El segundo golpe es en el 2002, cuando se produjo un decreto mediante el cual se establecía que para autorizar la exhibición de películas en el cine, las empresas tenían que pagar $1.00 por cada boleto adquirido en las taquillas. Los Ramírez fueron de los primeritos en salir a protestar contra estas medidas logrando que no se llevaran a cabo.

En el 2003, gracias a los Ramírez se inaugura el Festival de Cine de Morelia, el festival más importante de cine en la actualidad. El papel protagónico de esta familia también se encontraba en el golf, en su Club de golf Tres Marías se lleva a cabo el Corona Championship  de la LPGA, elogiado muchas veces por Lorena Ochoa, la mejor golfista del mundo, mexicana por cierto.

Es importante destacar que políticamente los Ramírez dejaron de llevarse con el PRI a raíz de la polémica muerte de Enrique Ramírez Miguel, siendo acusados dos de sus integrantes por asesinato, esto provocó su simpatía con el PRD y el PAN, por ejemplo Andrés Manuel López Obrador felicitaba a la familia por la apretura de Cinepolis Universidad ya que fomentaba el empleo en la ciudad de México. 

El personaje más importante actualmente es Alejandro Ramírez Magaña, es parte de la tercera generación de los Ramírez, su perfil académico es poco común ya que es experto en desarrollo humano y en competitividad gubernamental. Gracias a él Cinepolis y todas las empresas de la Organización Ramírez siguen adelante, presumiendo su política de reinversión de ganancias del 95%.